Fatiga Crónica
El síndrome de fatiga crónica (SFC), anteriormente conocido como encefalomielitis miálgica, es una condición neurológica compleja y debilitante que suele afectar a mujeres de entre 30 y 50 años. Este síndrome se caracteriza por una fatiga profunda que no mejora con el descanso y afecta notablemente la calidad de vida. Aunque su causa exacta sigue siendo desconocida, algunos investigadores sugieren una posible relación con ciertos virus, como el virus de Epstein-Barr (VEB) o el virus del herpes humano tipo 6 (HHV-6). También se considera que la inflamación del sistema nervioso y otros factores, como antecedentes genéticos, edad, estrés y ambiente, podrían desempeñar un papel importante.
El SFC ha sido catalogado como una enfermedad grave y resistente a tratamientos, reconocida en la lista de enfermedades infecciosas nuevas y recurrentes. Esta condición sigue siendo objeto de investigación para comprender mejor sus causas y desarrollar tratamientos más efectivos.
Manifestaciones clínicas
El SFC afecta progresivamente varios sistemas del organismo, incluyendo el inmunitario, neurológico, cardiovascular y endocrino. Entre sus principales síntomas se encuentran:
- Fatiga extrema y debilitante: persiste al menos seis meses y no mejora con el descanso en cama.
- Sensibilidad elevada: intolerancia a estímulos como luz, sonido y cambios de temperatura.
- Dolor: incluye dolor muscular, en las articulaciones (sin inflamación visible), y sensación de estado gripal continuo.
- Otros síntomas neurológicos: pérdida de memoria, dificultad para concentrarse, desorientación espacial y alta sensibilidad a factores ambientales.
Estos síntomas suelen aparecer de forma repentina y, en muchos casos, pueden durar meses o años, afectando gravemente el bienestar general.
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Síntomas principales y secundarios
El SFC presenta una serie de síntomas específicos que ayudan en su diagnóstico:
- Fatiga persistente: que no mejora con el descanso y limita notablemente las actividades diarias.
- Cansancio post-esfuerzo: la fatiga persiste más de 24 horas después de un esfuerzo físico menor.
- Sueño no reparador: falta de descanso pese a dormir suficiente.
- Dificultad para concentrarse: incluye problemas de memoria, confusión e irritabilidad.
- Dolores de cabeza y musculares: diferentes de los experimentados anteriormente y sin causa específica.
- Sensibilidad en los ganglios linfáticos: particularmente en el cuello y axilas.
- Fiebre leve y dolor de garganta: que se presenta sin otra causa aparente.
Estos síntomas pueden confundirse con los de enfermedades virales comunes, pero su persistencia por más de seis meses ayuda a distinguir el SFC de otros trastornos, convirtiéndolo en una condición que requiere una evaluación y tratamiento especializados.